Te escuché en el auto y lo supe,
mis ojos se llenaron de lágrimas y las contuve,
tenía que ser fuerte y las tragué,
no podía mostrar mi debilidad,
y menos delante de él.
Yo te quería, te amo,
pero me porté mal,
te odiaba por olvidarte las cosas,
no te podía entender,
no me daba cuenta,
y te trataba mal.
Y ahora, que quiero cantar,
se me cierra la garganta,
y si escucho tu ritmo,
me acuerdo de ti.
Era grandioso lo que teníamos,
y lo perdí mucho antes que a ti,
en el fondo siempre supe que,
eso era lo que me molestaba.
¡Qué ganas de llorar,
en esta tarde gris!
El baile de las letras
Hace 6 meses
0 mundos:
Publicar un comentario